La composición de las grasas de una paleta o jamón ibérico de bellota o de recebo tiene un contenido de ácidos grasos que las aproxima más a ciertas grasas vegetales que a otras grasas animales.

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Recientemente, se ha demostrado que las grasas con alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, producen un efecto beneficioso sobre el colesterol en sangre, propiciando un incremento de la tasa HDL (“colesterol bueno”) y reduciendo la tasa del colesterol aterogénico LDL.

Pues bien, las grasas del cerdo ibérico de bellota o de montanera tienen más del 55% de ácido oleico (monoinsaturado). Sólo el aceite de oliva, entre las grasas animales y vegetales habituales en nuestra mesa, tienen un contenido de ácido oleico superior. La proporción total de ácidos grasos insaturados en la grasa de los productos curados de cerdo ibérico es mayor del 70 %, lo que hace que sea la más “cardiosaludable” de todas las grasas animales conocidas e incluso más saludable que algunas de origen vegetal.